1 Juan 4:7- 13 Amados, amémonos unos a otros; porque el amor
es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios. El que no ama, no ha conocido a Dios; porque
Dios es amor. En esto se mostró el amor
de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para
que vivamos por él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado
a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación
por nuestros pecados. Amados, si Dios
nos ha amado así, debemos también nosotros amarnos unos a otros. Nadie ha visto
jamás a Dios. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros, y su amor
se ha perfeccionado en nosotros. En esto conocemos que permanecemos en él, y él
en nosotros, en que nos ha dado de su Espíritu.
1 Juan 4:16- 21 Y nosotros hemos conocido y creído el amor
que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor; y el que permanece en amor,
permanece en Dios, y Dios en él. En esto
se ha perfeccionado el amor en nosotros, para que tengamos confianza en el día
del juicio; pues como él es, así somos nosotros en este mundo. En el amor no hay temor, sino que el perfecto
amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que
teme, no ha sido perfeccionado en el amor.
Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero. Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a
su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto,
¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto?
Y nosotros tenemos este mandamiento de él: El que ama a Dios, ame
también a su hermano.
1 Juan 5:2, 3 En esto conocemos que amamos a los hijos de
Dios, cuando amamos a Dios, y guardamos sus mandamientos. Pues este es el amor a Dios, que guardemos
sus mandamientos; y sus mandamientos no
son gravosos.
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